EN LA CRISIS DEL CAPITALISMO GLOBALIZADO : IMPRESCINDIBLE ES LA SOLIDEZ SIN COMPLEJOS DEL MARXISMO ACTIVO, REVOLUCIONARIO

viernes, 23 de octubre de 2015

RECOPILANDO ENTRE CASCOTES

I - DEL SALVAPATRIAS Y SUS CENIZAS



Apáguese la luz en el salón del hogar y enciéndase la led de la pantalla y ¡milagro!, sin dar nada, sin movernos ni ir a buscarle, aquí presente lo tenemos, ¡nuestro Salvador!, mayúsculo príncipe, en verdad. ¡Y nos con estos pelos!  Fijaos, vestido de rojo piruetea un bufón mientras la roja flor se desmaya en el jarrón. El Príncipe en caballo con alas hacia acá se encamina, nuestro malvivir a los cuatro vientos recrimina, y a subir por la escala de un rayo hacia él nos anima, ¡para encendernos los labios con un beso de amor!...   En el hoy algo más llovido y concurrido, los hay que aún siguen tras él vagando de una vaga ilusión en futuro sin pasado, la mirada joven errante por esas nubes violáceas que, ¡ay!, se les  menguan casi negras mientras cae la noche del tiempo.  



Quién le mandaría meterse a salvador de la patria a este locutor de radio macuto, de la acomodada progresía anticomunista, hábil parlante por demás, expatriado roedor de la izquierda organizada, ducho en manejar las heridas sociales para insuflar burbujas al movimiento hacia alguna parte. Quien sabe…. pero él fue El Elegido a una singular misión histórica a ejecutar sobre el terreno de la Izquierda y como tal propulsado a los cinco sentidos del gentío.

El caso es que, ya consagrado Príncipe de la Cosa Nova, a los de Izquierda Unida estas lindezas soltó: “Cenizos, aburridos, inútiles” viejos amargados que gustáis del fracaso... “Sois precisamente vosotros los responsables de que en este país no cambie nada”etc… Bueno, bueno,tan grueso insulto salió tal día de su boca de rosa, que boquiabiertos nos dejó. Oídos sus primeros lances de valiente rojazo donde los haya,  sorprendió a los errantes su rotundo negar al lógico partenaire en la Izquierda real. “Vieja izquierda”, “Casta”, “Que se queden con la bandera roja y nos dejen en paz. Yo quiero ganar” espetó. Provocador, chocante. Cierto murmullo se oyó en un entorno perplejo, ¡Qué pasada…! ¿Qué tendrá el Príncipe, que ha perdido la risa, que ha perdido el color…?

En su día, el padre del hijo pródigo le cedió el testigo con un poema enacto público. Era de A. García Calvo, espumoso ácrata del idealismo burgués, obvio anticomunista en aquellos años de Lenin y de revoluciónen la atrasada Rusia de los zares. Terminaba así: Yo soy el acto de quebrar la esencia. Yo soy el que no soy. Yo no conozco más virtud que la impotencia”. Ay, pobres, ¿cabe imaginar mayor cara de paisaje en el auditorio?, ¿tal cúmulo de ceniza vertido en la neura de un Infante? No extrañen tanto, por tanto, sus alambradas y su vaguedad de ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario, ni su querencia de ceniciento al estrellato del principado. Entendamos también, almas de cántaro, que en estos tiempos los cielos ennegrecen y con ellos los héroes salvadores y la poesía de cristal. Ahora los príncipes son de las tinieblas. Post-modernizados en gris metalizado, fríos transatlánticos, no acostumbran a retener sus ansias niresistirse al inconmensurable placer de mear espumoso amarillo sobre la roja sangre del trabajo.

Tal que así fue nuestro Príncipe rociando la brasa incandescente de esa veinteañera Izquierda Unida, bella princesita en ilusionante edad de merecer. A gala tuvo el infante desplegar ante ella su lección de “quebrar la esencia” que la une, y su mayor virtud de impotencia para quebrar los moldes establecidos. Entendieron, tranquilizados, los circunspectos: lo de su partido en circunvalaciones es sólo de informe ciudadaneo dentro de los límites en vigor. Y es que, en la moderada medianía bien pensante, el personal anda enfrascado en la apasionante aventura de escapar al ángel exterminador y poder gozar del discreto encanto de una burguesía de glamur adecentado, y no digamos del dulce aroma de sus instituciones de mando en plaza (¡vaya cómo crece en este tiempo la genialidad descriptiva de nuestro Buñuel!).

¿Qué tendrá el Príncipe, que ha perdido la risa, que ha perdido el color? No crean, su risa no está toda perdida. Nerviosillas, pero risitas se le oyen en la tramoya donde se negocia el negocio y se ultima su representación de cómico en el plató del polítiquero parloteo. Tampoco alarme que palidezca: es tan sólo que, a tantas horas de dura faena, en churrete se le corre el colorete. Recuerden que nuestra nobleza ama de la palidez de piel,  si bien los más in y los gruesos avenidos lucen bello bronceado yate en época de calores.

¿Qué quisiera ser golondrina Obama en esta colonia? Como el WeCanhispánico le presentaron a bombo y hasta Partido de pompas violáceas tiene hoy a mando, y vaya, eso anima. Soñar, lo soñará seguro con mariposas entre sus sábanas de seda.  Pero bien sabe que ser un Obama en mando, ni jarto vino, ni pimplao de cava. Tan sólo una figurita evocadora. Bien vio, además,  que no era el único propulsado al firmamento. Otros del estilo ascendieron por ondas mediáticas, emergentes y reemergidos, y hasta más guapitos y eficaces. Algo más burdos, menos refinados, cierto, pues cabe reconocer que eso de la nobleza con título de profesor pone y afina el semblante un  montón.

Hay mañanas que, pelín atrevido en su camisa de once varas, al Príncipe se le oye profesar desde su nube sobre cuestión de alta gama: esa parafernalia de clase, que si la lucha de clases, que si la de la clase trabajadora y tal, es tan sólo una fastidiosa y agotada antigualla de los de la Izquierda, a zanjar y olvidar con una dádiva de alivio propicia al agradecimiento, o soltando algo de lastre en lo secundario o colateral al eje central.  Que se le va a hacer… Por encima de las cenizas paternas, es lo que aprendió en la Universidad del Reino y su Master versó sobre La Nueva Era del Cambio de la Etica en Sostenella y no EnmendallaEra yauna disertación local sobre lo que los entendidillos en política llaman elgatopardismo: cambiar todo para que nada cambie.

Una conocida malformación sólo le permite captar el ruido sonante y contante de cercanía, el estrépito de las olas sobre las rocas, nunca el son del fondo de los mares y los tiempos. “¡EPPUR SI MUOVE!”, le diría hoy al Príncipe un sabio quemado en la hoguera, de esa lucha de clases,que grima le da, pero que, le guste o no, es la que viene estructurando y conformando la andadura de la sociedad humana en este mundo, el nudo gordiano del avance social. Mas no nos pongamos tremendos, sería hacer pasar al Príncipe del minueto a la sinfonía, esa de la que no hace mucho nos hablaba Cayo Lara,  cuando, precisamente, fue la que aterraba los sueños del infante tras escuchar los cuentos del padre. No seamos tan brutos, tampoco cabe pedirle tanto.

Entendamos también el peligro que corre: con un pie a caballo sobre cada lado de la fractura social, la del depredador y la del depredado, que quisiera conciliar entre sí, el Salvador de Todo y Todas las Españas se quiere en el intermedio del conflicto social, a riesgo de que su compostura se abra de patas… y se despeñe en la nada cuando el foso se agranda. De ahí que el modernismo de nuestro Salvapatrias deje que desear y que, listillo, monte caballo de largas alas como en los cuentos de antaño.  Que redes o sujeciones de trapecistas cantarían un huevo.

En éste mi país del esperpento, a pocos parece haber extrañado el súbito lanzamiento urbi et orbi de un inesperado salvador sobrevenido, junto a una repentina reconversión de los grandes audiovisuales privados a medios en favor de la purita verdad y del pueblo agredido. Para colgarse como sea de las alas virtuales de un nini salvapatrias, muchos había y hay de entre los que se mostraban antes socialmente despreocupados e insolidarios  y que ahora son presa de la angustia por su devenir cegado. En este mi país de encantamientos, tan sistemicamente contra-culturizado y de reducida práctica democrática, el marketing de la artificialidad y de la evasiónseudo-modernistas prende aún con juvenil facilidad como signo de progreso  molón.  

Toda esa cancha, nada despreciable, tenía el Príncipe para asomar el tipo en la tarta electoral, y tiempo al tiempo para todos con su razón. Mas su fobia compulsiva contra la Izquierda real certificó pronto por su parte algo malvado e intolerable que ha engarzado sus entendibles características personales.  Su beligerancia destructiva contra la IU conocida ha echado por tierra una ilusión que anidaba soterrada y alentada sotto voce  en los listillos intelectos carentes del primer hervor: sería la de un genial engaño al enemigo, la de vestirse de corderito nini para no alarmar al enemigo, alcanzar así el poder y hacer luego una política guay. No crean, incrédulos, algunos muy pintaditos se lo creyeron. Hay ingenuos que aún no saben que a los poderes económicos, a sus políticos y a sus medios de comunicación, si en una ocasión lo fueron, hoy ya no se les engaña; saben más de la Izquierda real que ella  misma, pues muchísimo les va en ello.

A mordiscos la tiene emprendida el Salvapatrias contra el coco sindical, intentando invadirle y dividirle con la táctica “entrista” típica de lostrotskos y otras. Todos sus medios ha puesto para invalidar LA UNIDADde la Izquierda real, el preciado bien de la mayoría trabajadora, como denominan los de IU a lo que el Príncipe llama “la gente de abajo”.  Unidad de clase, unidad del pueblo, unidad de los pueblos por encima de las alambradas del papel legal y de las cuchillas, blablablabla … pero que, por ser de voluntad, se puede trabar y quebrar. LA UNIDAD, siempre un  problema central, y hoy ¡gran quebradero de toda la real rehala! En casa del Rey Midas se sabe bien que esa unidad crece como el pan al calor de la Izquierda. ¡Me la quiten de en medio!, oyó allí el Salvador, imperativo y contundente, y en ello hincó la testa.  

Inflado en gloria de multitudes a los cielos subió el Príncipe, masdesinflándose en el tiempo de los cielos en vertical va cayendo. En Madrid, donde se le regaló todo el campo de orégano, su resultado fue algo apreciable, pero en Andalucía quedó flojeras, y sonado ha sido el ostión recibido en Cataluña. Pero, en todos los casos, arrastró a la Izquierda hacia abajo, que ese era y es el quid de la cuestión. Hoy sufre la Izquierda, sufre la unidad alcanzada en una IU que inflaba velas en el anticapitalismo constructor del avance social; sufre pues lo que realmente importa por su insustituible necesidad para la mayoría social. Al Salvador la partida de acosar y maltratar a nuestra princesita le ha salido bastante redonda, más redonda que los circulillos donde mantiene a sus fieles súbditos a recaudo. Contentillo se le ve cantando en comanche, y henchido el pecho del deber cumplido. Sin embargo, pese a eso y a los RIP que circulan por las redes, tal vez no esté todo aún escrito sobre el devenir de la Izquierda real en este país, pues los bandazos  del salvapatrias desvelan inquietud.

Si en su inicio el Príncipe coqueteaba con sus amigotes en IU con banderines de convergencia, si entonces presentaba como suya alguna propuesta llamativa de IU, suelta, disociada de su cuerpo de viabilidad,  vimos cómo después  matizaba a la baja: si la “Casta” de IU queda apartada y la afiliación acallada, se englobará de ella a los amigos que se deba; en cuanto a aquellas propuestas, entre el bueno ya se verá y el se hará lo que buenamente se pueda, finalmente se esfumaron.  Ahora, más débil y decadente, ha roto oficialmente con toda IU, amigos o no, y  para rehacer su ajado careto electoral, recurre de nuevo a algunas propuestas iniciales entresacadas del programa de IU. Deleznable proceder, se dirá, para todo un honradísimo profesor universitario, pero lo interesante de esos bandazos es que evidencian que se sigue viendo peligro en IU.  Y eso, no sólo ya en la “vieja” de clase -de imposible integración en algo con P’spues sería el suicidio del Príncipe-, sino en abrirle ahora alguna brecha a esa “nueva IU” a pesar de que se esfuerza en un dialecto populo-ciudadanista, bastante incomprensible por cierto, tras las clases de lengua impartidas por algunos popes de IU.  ¿Hay temor a que las experiencias y los avatares sufridos en IU lleguen a despejar mucha confusión en su seno? Puede. A pesar del destrozo sufrido y de sus vías muy anegadas para estas elecciones y para su futura fuente de financiación, las olas de fondo que anidan en estos tiempos en el conjunto de la IU organizada, no desaparecen de un día para otro a la batuta de una nueva dirección.  

Poco más cabe contar de la trayectoria del Príncipe, figurín que no entrará  la Historia porque no la determina. Algunos se han esforzado en investigar e informarnos de dónde provenía, qué poderes le diseñaron el papel, le financiaron y propulsaron en marketing.  Para los muchos que no conocen esos datos de utilidad, es su andadura la que marca la opinión, y sus feas arremetidas y difamaciones contra IU y el sindicato de clase, contra la unidad de la Izquierda, deberían bastar para desautorizarle, por muy mejorables que sean esos colectivos. El anticomunismo que se permite el personajillo es la primera asignatura que se imparte en las agrupaciones del PSOE. Empieza ya a ser sabido quesi C’s es el futuro sostén/recambio del PP, P’s es el del PSOE, en un fortalecimiento del bipartidismo político del sistema con dos nuevas ruedas Goodyear. ElPríncipe se hizo con la suya desde el país de la compañía y allí se desplazó después para certificar su buen rendimiento y su agradecimiento.

En definitiva, que lo de este majete revestido con los sufrimientos y sueños de un pueblo herido y angustiado es otro gran tongo, aderezado con la salsa hidrogenada del momento. Mero salvador de oropeles, ese politiquero ni-ni nos intenta  cuestionar, escamotear y excluir el derecho yel interés de la clase trabajadora, su democrática representación partidaria y sindical, su unidad, etc., etc., un bien triste y denigrante papel, la verdad. No es nuevo: cuando los grandes poderes económicos lo precisan, así es como se practica el joseantoniano Fracking de la Política y de la genuina representación partidaria de las clases y capas sociales. ¿Fascista el Príncipe? Ni tanto ni tan calvo. Tan solo un divulgador de ese caldo ideológico, para el consabido guiso que está a disposición en la nevera, fuera del congelador, en la cocina del expolio.  

En toda esta principesca historieta de un real engaño, ¿qué es de nuestraveinteañera princesita? Eso ya es la gran historia, todo un cantar en quejíoy la que realmente importa. Recluida se encuentra, con las patas quebradas. Insultada se siente, herida en su entereza y virtudes de género. Triste está, ciertamente, desconcertada y hecha un lío tal vez insalvable. Con eso de una salvación nacional por convergencia con el afamadosalvapatrias, se la hizo abrirse y abrirse, y tanto desparramarse, que apenas reconocible y casi sin honra, desacreditada y descuajeringada se nos haquedado. Podría terminar en silla de ruedas, para el recuerdo. Ya no canta por las ventanas la savia de la primavera. De su boca de fresa no salen yasuspiros por el ansiado pretendiente, más brillante que el alba, más hermoso que abril, con el que empezó a salir. Ya ni habla. Calla o murmulla. Frío hace ya en su jaula de mármol. ¿Qué será de ella? ¿Acabará fundida en una pizza italiana? ¿O fundida en cosa nova?  ¿Seguirá de Princesa o acabará de Cenicienta? Misterio. Pero, amigos míos, ¿qué sería del encanto sin el misterio, sin las boscosas umbrías donde corretean los pequeños elfos y duendes con sus mágicas manos? Sin duda en pocos meses sabremos de su sino. De momento, lo que es demisterio e incógnitas, ¡repletito tiene el presente!  

Los qula consideramos admirable, estimulante, necesaria e imprescindible, sabemos que nunca la princesita lo tuvo fácil, muy al contrario, ni fuera ni dentro de su fortaleza. Bien merece que le demos más de una vuelta a su situación y nos remanguemos para que se recomponga y recobre su fuerza efectiva contra el podrido y agresivo entramado de laactual acumulación capitalista, cada día más irrespirable y brutaly también menos reformable. Su depredación salvaje, la barbarie, ya ha cruzado el umbral de nuestro país. Si en la miseria se hunde la Izquierda real, la de la alternativa del Socialismo, muy duro y difícil será evitar quela barbarie se instale en toda plenitud y mucho más costará erradicarla bajo el imperio del sálvese quien pueda y la caridad asociada.